miércoles, 1 de agosto de 2012

Navegando Hacia Buen Puerto

Por sol y lluvia el amor,
y tu corazón por huerto,
cultiva la convivencia
que es flor del entendimiento.

Que en un tono de armonía,
también los astros, inmensos,
conviven todos formando
la orquesta del universo.

No te encierres en la carcel
de pensamientos obsesos,
que es la peor de las carceles,
y el peor de los infiernos.

En ella conviven odios,
enemistades y miedos,
además de otras pasiones
de las que el hombre es el preso.

Ensancha tu corazón
al ritmo de tu cerebro,
y tus pensamientos vuelen
libres a los cuatros vientos.

Renueva en ti las ideas
como el árbol sus renuevos,
mantén la línea del alma
al par que la de tu cuerpo,

y dirán de ti: "qué joven!",
olvidando que eres viejo;
porque afuera echarás años,
echando afuera tu pecho.

Cuida bien de tus sentidos,
que joyas son de alto precio,
y son regalo de Dios
para los fines excelsos:

gozar de la creación
con la luz del intelecto,
y hacer grata la vejez
con bálsamos del recuerdo.

Sigue de la sabia hormiga
su no menos sabio ejemplo,
y guarda de tu verano
para tu inclemente invierno.

Sé espejo de luna clara
para tus hijos y nietos,
y que ellos vean la imagen
del héroe de un bello cuento

que, vadeando temporales,
capitán de un gran velero,
llega a la tercera edad
como a un luminoso puerto.

Manuel Alfosea Pastor

Segundo premio del III Certamen de poesía de ámbito provincial convocado por el Hogar del Pensionista en 1996.